Este fin de semana me he dedicado a jugar con el jengibre, en casa nos encanta y lo utilizo en salsas en polvo y macerado en vinagre de arroz para acompañar pescados marinados, pero estuve viendo distintas formas de utilizar esta deliciosa raíz y me he dedicado a confitarlo. Un descubrimiento estupendo...para ser la primera vez que lo preparaba no ha quedado nada mal. Hay distintas formas de hacerlo, que básicamente cambia en cuanto a los tiempos. En
Food & Cook encontré una manera más elaborada, requiere varios días y en
Gastronomía & Cía una forma más corta. Como os he dicho básicamente es el mismo proceso, varían las proporciones de los ingredientes y en ambos casos quedan como gominolas con el intenso sabor del jengibre... una delicia. En mi caso me he decidido por la de Gastronomía & Cía variando las cantidades (he utilizado menos cantidad de azúcar). Una parte la dejé en almíbar y da un juego increíble para los platos. El que he preparado ha sido un tataki de bonito con una salsa de soja y los distintos tipos de jengibre para acompañar, sin olvidarnos por supuesto del wasabi, me encanta!!
Ingredientes
Para confitar el jengibre:
200 gr de jengibre fresco
500 gr de azúcar
250 ml de agua
Para la salsa:
4 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de vinagre de arroz
1 cucharada de aceite de sésamo
2 cucharadas de zumo de lima
2 cucharadas de zumo de naranja
una pizca de jengibre en polvo
media cucharadita de mostaza en polvo o mostaza a la antigua
Para el tataki
una rodaja de bonito
sal y aceite de oliva virgen extra
sésamo y semillas de amapola
wasabi
Elaboración:
Para preparar el jengibre confitado, empezaremos pelando el jengibre y cortándolo como más nos guste en rodajas, bastoncitos, cuadritos... Ponemos en una cazuela con agua que lo cubra y dejamos al fuego una hora para que nos quede blando. Si queréis que os quede con un sabor menos intenso podéis cambiar el agua. Sacamos y escurrimos. En otra cazuela ponemos el agua y el azúcar, cuando se disuelva echamos el jengibre y dejamos algo menos de una hora a fuego bajo con la tapa puesta pero dejando que respire por un lado. Pasada la hora quitamos la tapa y dejamos otra media hora. Sacamos y dejamos los trozos sobre papel de horno quitando parte del azúcar que va cristalizando ( nos servirá para preparar postres ), rebozamos en azúcar y dejamos secar. Queda durito por fuera y blandito por dentro, como gominolas. Una parte la saqué un poco antes y la dejé en su almíbar para tener las dos texturas.
Por otra parte siempre tengo jengibre cortado y macerado en vinagre de arroz y por supuesto en polvo.
Para la salsa, ponemos todos los ingredientes y batimos para emulsionarlos.
Para la preparación del tataki: es una técnica de cocinar los alimentos de tal forma que quedan asados por fuera pero totalmente crudos por dentro. Cortamos el bonito previamente congelado durante 48 horas en trozos rectangulates que luego podamos cortar en pequeñas rodajas o tacos y los pasamos por una planchas caliente por todos los lados, lo justo para que se ase la parte externa.
Cortamos en rodajas y pasamos sus bordes por sésamo y semillas de amapola.
Emplatado:
Disponemos nuestros trozos o rodajas en un plato, también podemos hacer brochetas intercalando el jengibre macerado y el que tenemos en almíbar. La mezcla ácido- dulce- picante es estupenda. Acompañamos de la salsa, wasabi y el jengibre en sus distintas texturas.
A disfrutar!!